La Habitación de al Lado.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Pues eso, que feliz navidad.
La verdad es que se dice tanto esa palabra que ha perdido ya toda su gracia, porque nadie sabe qué significa. Pero como sé que hace ilusión, pues eso. Feliz Navidad.
Una época en que la gente no para de gastar dinero en comida y regalos. Una comida de Nochebuena en la que se celebra no se sabe muy bien el qué. Bueno sí, que nació Jesús, supuestamente. Viva, nació Jesús. ¿Y por qué tengo que celebrarlo? Ah, eso ya es otra cosa, que por supuesto poca gente sabe.

El caso, que el resto de dinero se gasta en comprar unos regalos que no se necesitan. Algo así como lo que hacemos el resto del año, sólo que de golpe.

Una época en la que a la gente le da por ser buena. Oye, que a mí me parece estupendo, bienvenido sea... Pero prueba a ser bueno el resto del año, ya verás cómo el mundo va un poco mejor. Que no hay cosa que más me moleste que el puñetero espíritu navideño de "que bonito es todo", "hay que ser buenos porque es Navidad"
Vamos, viva la hipocresía. Seamos buenos en Navidad.

Y luego toda esa gente que acude en masa a misa (vaya juego de palabras). ¿Por qué? Porque es Navidad hombre, que aún no te has enterado.
Que si ya de por sí no sirve para nada, en Navidad aún menos, no se vayan a creer que así los Reyes Magos van a venir más cargaditos.

El caso, que a la primera que le encanta la Navidad es a mí, pero reconozco que no es por el mensaje que se quiera dar. Las calles están llenas de lucecitas, y los niños están muy contentos. Supongo que eso es lo que más me gusta.


La verdad es que sólo quería escribir porque me repatea tantísimo eso de hacerse el bueno en estas fechas... Y sí, soy una pesada, pero soy así; creo que hay que hacerlo durante todo el año, y en vez de comprar tantas estupideces, a ver si probamos a ahcer algún trabajo manual, eh majos? Que también son preciosos y los niños chinos nos lo agradecen seguro.


Lo dicho, Feliz Navidad!

domingo, 7 de diciembre de 2008

Cómo ver Crepúsculo, tener fiebre, y soñar con cosas raras y no morir en el intento.

He decidido volver a escribir aquí, dado que la situación lo requiere.
Ayer fui a ver Crepúsculo, esa película que tanto deseaba ver deeebido a que me encanta el libro. Bien. Qué manera de estropear mi libro. Maldita directora, malditos actores, maldito doblaje, maldita ñoñez.
Vamos hombre, ¿en qué casting eligieron a semejantes personajillos?
Y eso que a mí el prota me encanta, pero sus primeras apariciones son para caerse muerto.
Dicho esto debido a mi necesidad de desahogarme, me lleva a mi segunda parte de hoy.

6.50 de la mañana. Me despierto. Mmm... qué calor que hace aquí. Mmm... qué mal me encuentro. Me levanto como puedo, dado que creo que me desmayo en breves. Voy al cuarto de estar. Mi hermano está dormido allí, sin razón aparente. Pillo el termómetro. Ummm... casi 39. Voy a la cocina y me tomo Ibuprofeno. Me acuesto. Toso, toso, toso. Mi madre me levanta y me obliga a tomarme leche con miel (Puag, miel). Me acuesto.

Todo esto es para explicar mi tercera parte. O al menos, espero que de una explicación a mi tercera parte. Me he despertado a las 15.00 en condiciones desfavorables, peeero no por ello no recuerdo mi sueño. Soy de esas personas que recuerda los sueños con mucha, muchísima claridad. Mi sueño consistía en que Alcobendas se ve invadido por un Rex gigante (sí, un dinosaurio) que empieza a comerse a la gente. No os penséis que no he soñado antes con dinosaurios, porque la verdad es que ya me ha pasado más de una vez. El problema es el jaleo que se ha montado en mi sueño. Para empezar, unos emos con capas negras iban tan panchos por la calle conjurando a diestro y siniestro, ¡y encima el dinosaurio no los comía!
El caso es que la gente empiezaz a refugiarse en edificios, y yo me refugio en el metro de Manuel de Falla. El caso es que un amigo me llama (no diré su nombre para no perjudicar su reputación) diciéndome que vaya a buscarle, que está solo en casa y que el dinosaurio anda merodeando por ahí. Voy a buscarle, le traigo de vuelta al metro. Cuando parece que el Rex se ha ido a su casa (un sitio que esperaba, estuviese lejos de allí) resulta que empiezan a organizar unos viajes para irse lejos de allí, pero tocan por sorteo. Aquí llega mi momento "La Isla" en el que todos se mueren por irse y empieza a haber una guerrilla para que les toque el viaje. Y ahí es cuando yo paso de todo el mundo, y como hay una piscina debajo del metro (sí, de esas que te sueles encontrar) me pongo a nadar allí. Y ahí se acaba mi sueño.



Resumen: Al ver Crepúsculo me ha subido la fiebre, y me ha hecho soñar con emos poderosos y un dinosaurio apocalíptico. Así es mi vida.